Algunas circunstancias que tienen que ver con la madre o el niño pueden llevar a optar una cesárea. Las 8 siguientes son las más frecuentes.
1. Una o dos cesáreas anteriores o cirugía uterina anterior: una de cada 4 cesáreas se programan por una cesárea anterior. Muchos especialistas están trabajando en promover un parto vaginal después de cesárea por considerar que los riesgos de una nueva cesárea son mayores que intentar un parto vaginal. De hecho, se puede llevar a cabo en el 70 por ciento de los casos
2. Bajo peso al nacer: un peso igual o inferior a 1,5 kg puede llevar a temer que el bebé no sea suficientemente fuerte para aguantar un parto vaginal.
3. Posición inadecuada del bebé dentro del útero: la transversal obliga a una cesárea, pero la podálica –el bebé viene de nalgas– depende de la decisión del ginecólogo. En principio, un bebé sano y no muy grande y una madre colaboradora pueden afrontar un parto vaginal. Sin embargo, muchos ginecólogos prefieren la cesárea con el fin de evitar cualquier riesgo.
4. Placenta previa oclusiva diagnosticada: al situarse entre el feto y el orificio del cuello uterino, la placenta impide la salida del niño por el canal vaginal. No debe inquietar si la placenta está baja en la segunda ecografía (mitad del embarazo) porque suele ir subiendo a medida que se acerca el parto. La verdadera placenta previa se diagnostica al final del embarazo y suele ir acompañada de pérdida de sangre.
5. Anomalías en el cuello uterino, vagina o vulva. Miomas, fibromas, tumores, etc pueden obligar a optar una cesárea.
6. Una pelvis materna pequeña para la cabeza del bebé. La desproporción pelvicocefálea es muy infrecuente. Algunas se detectan durante el embarazo, otras durante el parto.
7. Decisión del ginecólogo. La decisión está siempre en manos del ginecólogo que evaluará los riesgos considerando, entre otros factores, la madurez fetal y la posición de los bebés.
8. Enfermedades maternas que desaconsejen el parto vaginal, por ejemplo una cardiopatía descompensada, la preeclampsia o infecciones en fase activa por VIH o vaginal, como el virus del papiloma humano.
Cuando la cesárea se programa, la madre se puede preparar para la operación. En algunas maternidades, también se anima al padre a prepararse para asistir al nacimiento de su bebé estando cerca de la mamá para que disfrute de su apoyo y su afecto.