Seguro has escuchado esta frase: «Lo único constante es el cambio», en el tema que nos toca hoy debemos aceptarla como una verdad y nuestro hijo no estará ajeno a ello, la llegada de un nuevo miembro a la familia nos impone nuevos retos y más cambios.
Así como lo hicimos cuando nos preparamos para el cambio que significaba el matrimonio, y luego para la llegada de nuestro primer hijo, ahora como padres nos toca ayudar a nuestro hijo mayor a entender que nuestra familia va a cambiar.
¿Qué reacciones podemos esperar de nuestro hijo mayor? Todo va a depender de la edad de nuestro hijo y el vínculo previo que tengamos con él. Al principio puede mostrar hasta indiferencia y eso ira cambiando conforme pase el tiempo hasta sentirse muy contento y entusiasmado.
-Entre el año y los 3 años, la toma de conciencia del nuevo hermanito se dará cuando éste haya nacido (pensamiento concreto), antes de eso, solo será la «idea» del bebe que está por venir.
-Después de los 5 años (pensamiento simbólico) estará más pendiente de los cambios físicos de la madre, el crecimiento de la barriga, el arreglo del cuarto, los comentarios respecto del bebe en camino, y de los cambios de actitud de los padres y demás familiares.
¿Cómo actuar?
Anticiparlo a las distintas etapas será la clave
– Comunicarle la noticia a penas tengamos total seguridad del embarazo. Muchas veces, son ellos mismos los que «piden» un hermanito, ese es el contexto ideal. Usar cuentos o dibujos o muñequitos donde mostremos a través del juego como las familias van creciendo, y ahora la suya también.
– Hacerlo participe del proceso del embarazo, enseñarle las fotos, ecografías, mes a mes.
– Enfatizar su rol de «hermano mayor» fomentará también su proceso de madurez y crecimiento.
– Aclararle que el amor que le tienen no variará por la presencia de su hermano, esto será fundamental
– Hacerlo parte del diseño del cuarto de su hermanito, y si lo va a compartir con mayor razón
Como padres debemos manejar nuestros temores y sentimientos de culpa que nos puede generar, pueden presentarse retrocesos en algunas conductas ya logradas, como pasarse a la cama en las noches, querer que le den de comer en la boca, y expresiones como ¿ya no me van a querer?, o ¿querrán a mi hermanito más que a mí? Con nuestros actos debemos garantizarles nuestro amor y darles tranquilidad.
Con el nacimiento de un hermano, empezamos, la primera «escuela» de la vida, donde nuestro hijo, al igual que lo hicimos nosotros, aprenderán a compartir, postergar la necesidad de atención de sus padres, a regular sus emociones, a ensayar roles en el juego, desarrollaran la empatía (ponerse en el lugar del otro), el comportamiento solidario, y todo ello le permitirá afianzar su personalidad.
Estaremos atentas a tus inquietudes y preguntas. No dudes en escribirnos.