Continuar trabajando durante el embarazo puede ser muy beneficioso para la futura madre, ya que le permite mantener la rutina, relacionarse con otras personas y seguir en contacto con el mundo exterior.
Sin embargo, cada mujer y cada embarazo son distintos y, por lo tanto, puede haber distintos factores físicos y psicológicos, además de laborales, que dificulten que la mujer gestante continúe con su actividad profesional. Así pues, el momento indicado para interrumpir la actividad laboral dependerá de factores como la distancia al lugar de trabajo, el estado físico y anímico de la madre y el tipo de trabajo.
No obstante, sí existen algunas profesiones que se consideran de riesgo, dado que pueden afectar a la evolución del embarazo o suponer problemas para el feto:
– Las que se desarrollan en ambientes con temperaturas extremas.
– Las que requieren manipular químicos.
– Las expuestas a radiaciones.
– Aquellas en las que la trabajadora tiene contacto con personas enfermas o que puedan ser fuente de contagios.
– Las profesiones que impliquen exposición a alimentos crudos, como determinadas tareas en ganadería, agricultura o conserveras, también pueden considerarse de riesgo en función del grado y tipo de exposición.
En estos casos, la alternativa puede ser un cambio de puesto de trabajo o incluso, existe la posibilidad de acogerse a una prestación social denominada “Riesgo en el Embarazo”, que permite separar a la embarazada de su puesto de trabajo. No obstante, y ante cualquier duda, la embarazada siempre debe consultar a su ginecóloga o matrona.
Por otro lado, el trabajo en oficina frente al ordenador no perjudica al feto, pero permanecer demasiadas horas sentada puede resultar muy incómodo para la madre, por lo que es conveniente que cambie con frecuencia de postura, que se levante regularmente y que realice estiramientos. Si, por el contrario, el trabajo le obliga a permanecer de pie, la mujer embarazada debe tomarse descansos para sentarse siempre que sea posible.
En cualquier caso y ante cualquier duda, es mejor consultar con el ginecólogo. En este sentido, hay que recordar que la mujer embarazada siempre tiene derecho a ausentarse del trabajo para acudir a las consultas prenatales, o para asistir a los cursos de preparación al parto.