Frases y cosas que dijiste que nunca harías al ser papás y que sí haces

Frases y cosas que dijiste que nunca harías al ser papás y que sí haces

Hay muchos principios, valores y normas que nos prometemos a nosotros mismos que vamos a cumplir cuando seamos padres, pero cuando finalmente lo somos, nos descubrimos incumpliendo muchas de ellas…no eres una excepción, no te juzgues tan duramente…Hablamos de los 10 mandamientos de paternidad que incumplimos con más frecuencia.

Seguro que te reconoces en alguna de esas frases que empezaban diciendo “Yo cuando tenga hijos no…” y se podía completar con múltiples respuestas.

Todos tenemos algunas ideas en la cabeza que pensamos que siempre vamos a cumplir o a seguir, sin embargo, la vida da muchas vueltas y las cosas cambian: maduramos, modificamos nuestra forma de pensar en algunos aspectos y, otras veces, simplemente la vida y las circunstancias van haciéndonos actuar de forma diferente a lo que en un principio habíamos pensado. Cosas de la vida. Esto es algo que sucede con mucha frecuencia con las ideas o perspectivas que tenemos antes de ser padres y lo que ocurre con algunas de ellas cuando finalmente lo somos.

Es muy habitual ponernos una serie de objetivos, principios o metas cuando nos enteramos de que vamos a ser papás, pero cuando finalmente lo somos, en muchas ocasiones, cambiamos esas ideas por otras y nos vemos haciendo y diciendo cosas que dijimos que jamás haríamos. Si es tu caso, no te preocupes, no eres el único: es algo totalmente normal.

Algunas de esas situaciones que más cambian con frecuencia son, según la experiencia y los testimonios de muchos padres, las relacionadas con la educación y el ocio de los más pequeños: nada de tele hasta los dos años (o su variante, no más de X horas al día de tele), nada de darles la tablet o el móvil para que se entretengan, para dormir, cada uno en su cama…¿te suenan?

Otras tienen más que ver con nuestro propio comportamiento como padres: “no seré de esos que pierden los nervios en público y gritan”, “no le llevaré la contraria a mi pareja delante de los niños”…todo un clásico.

Caer en el incumplimiento de estas normas propias o principios es muy habitual, pero no por eso decimos que sea correcto hacerlo, simplemente damos visibilidad a situaciones y posturas por las que la mayoría de los padres pasamos en algún momento. Porque no somos perfectos, pero intentamos hacerlo lo mejor que podemos. ¿Con cuál de estos mandamientos incumplidos te sientes más identificado?

No verán la tele antes de los dos años
Este es uno de los objetivos que con más frecuencia se fijan muchos padres y lo cierto es que intentamos cumplirlo, claro que sí, pero si alguna vez te has desesperado y has recurrido a ponerle la tele al bebé para que se calme cuando la situación te ha desbordado, no te fustigues, no eres un caso raro…

No llevaré la contraria al otro delante de los niños
A la hora de educar a los niños, es fundamental que los progenitores se apoyen, se muestren como una piña para que los peques acepten mejor los límites y se muestren de acuerdo en las decisiones y valores que transmiten a sus hijos. Sin embargo, hay veces que no estamos del todo de acuerdo y cometemos el error de demostrarlo delante de los niños, desautorizando o contradiciendo al otro, situación que sin duda los peques sabrán aprovechar…

No recurriré a la tablet ni al móvil para que se entretengan
Otro gran clásico. Eso es lo que muchos nos proponemos y tratamos de seguir a rajatabla, pero si has recurrido a ellos en un momento de desesperación en el restaurante cuando ya no sabías lo que hacer o habéis cedido ante tantos lloros y súplicas porque os habéis sentido agotados o, simplemente, habéis decidido que ese día sí toca, no debéis torturaros. Todo en su justa medida…dejemos de juzgar y pongámonos más en el lugar de las otras personas.

No dormirán en nuestra cama
Son muchos los padres que, a priori, rechazan tajantemente la idea del colecho y sostienen que “cada uno en su cama” es la mejor fórmula. Sin embargo, muchos de ellos también se han visto a sí mismos durmiendo con sus hijos en la misma cama…ya sea porque han cedido ante los llantos o los ruegos del peque, porque los temidos miedos nocturnos han hecho aparición en las vidas de nuestros hijos o porque dormir abrazaditos a nuestros niños resulta de lo más reconfortante a ambas partes…

No amenazaré con «coger la puerta y no volver»
Seguro que recuerdas perfectamente ese día en el que salieron de tu boca las palabras «cualquier día cojo la puerta y no vuelvo»: te sorprendiste y te vino claramente la imagen de tu madre a la mente…Pues sí, no eres la única que ha caído en ella…seguro que ahora entiendes mejor por qué tu madre lo clamó alguna vez a los cuatro vientos…

No diré palabrotas delante de los niños
Cuidar el vocabulario delante de nuestros hijos es otro de los propósitos más frecuentes y también uno de los que se incumplen, en muchos casos, con más facilidad, sobre todo si nuestro vocabulario habitual antes de ser padres ya incluía algunos malcriadeses pequeñas o palabrotas…No debemos olvidar que tenemos que dar ejemplo y no podemos pedir que no hagan algo que nos ven hacer….pero «¡c*** cómo cuesta algunas veces!»

No nombraré a Los Reyes Magos, ni a Papá Noel ni al Ratoncito Pérez en vano
Y en este mismo apartado añadimos el tan manido chantaje emocional. Error, no debemos hacerlo y lo sabemos, lo tenemos marcado en mayúsculas, pero no son pocos los padres que se ven a sí mismos recurriendo al terrible «si te portas mal los Reyes Magos no te van a traer nada». Sabemos que esto no va a ayudar a que procese o analice su conducta, pero es un argumento al que (mal hecho) más de uno hemos recurrido alguna vez…No te tortures, no eres un caso aislado ni eres el peor padre o madre del mundo…¡todos podemos aprender de los errores!

No perderé los nervios ni gritaré
Ay, amigos, qué maravillosa utopía…que levante la mano quien nunca haya gritado o perdido los nervios con los niños…y si hay muchas manos levantadas, nuestra más sincera enhorabuena.

 

No haré comparaciones entre hermanos
Está fatal hacerlo, debemos aplicar la disciplina centrándonos en lo que cada niño hace bien y tratar de hablar y de argumentar por qué está mal algo que hayan hecho, pero sin caer en «mira tu hermano qué bien se porta, ¿por qué no aprendes de él?», «mira qué estudioso es Fulanito, ya se te podía pegar algo»… Las comparaciones son odiosas, pero si has caído en el error de comparar a tu hijo con su hermano o con otros niños, no te martirices, todos los que hemos cometido este fallo en alguna ocasión estamos contigo…

 

No recurriré al soborno/chantaje para que coman
Es fácil decirlo y sabemos también que no debe hacerse, pero cuando hemos probado con cien técnicas distintas, hemos usado todas nuestras armas de diálogo y hemos agotado todos los modelos de aviones de todas las aerolíneas posibles con la cuchara, puede que la desesperación lleve a caer en el chantaje:»si no te comes eso no te compro el juguete que querías», «si te lo comes todo, hoy hay piscina, si no no», «Una cucharadita más o no te dejo el móvil…»

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